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lunes, 10 de noviembre de 2014

Y...¿Quien controla al que controla?


 ¿''Podemos'' controlarlo?

Allá por el año 1.989, se produjo la caída del comunismo en la Europa central y oriental. Tras muchos años bajo el régimen comunista, Europa optó por un modelo diferente, una sociedad política.
El final de la década de los 80 fue una etapa de sucesivos cambios sociales y nuevas formas de contemplar una Europa que se presentaba dividida ante el resto del Mundo. El sentimiento anti-estatal  creciente en aquellos años fue muy similar al que hoy ‘’podemos’’ vivir en España. La necesidad de un nuevo modelo en el que se reemplazara al Estado por el propio mercado, organizaciones no gubernamentales y demás corrientes del movimiento era patente entre la población. Hoy, vivimos en España y en otros países de Europa algo análogo.  

Lo que muchos consideran un fracaso del actual sistema democrático al servicio de los mercados ‘’podríamos’’ compararlo con el fracaso del comunismo  agonizante de 1.989, pero cabe destacar una diferencia; el miedo al ciberespacio existente en aquellos tiempos ha logrado convertirse en la actualidad en la mejor oportunidad para la difusión de nuevas oleadas y revueltas contra el sistema actual y en la mayor amenaza para quienes pretenden implantar medidas de control sobre el mismo.

Lo que resultaba ser una amenaza tanto para los poderes del Estado como para los ciudadanos de la vieja Europa, hoy se ha convertido en la mejor herramienta democrática de movilización, agitación e información. Tal ha sido la repercusión social y mediática con la proliferación de las redes sociales y el gran avance de las nuevas tecnologías, que hasta los principales gobiernos del mundo han optado al control sobre estos. Cabría reflexionar sobre la capacidad de control existente a día de hoy  por parte de los poderes públicos y el poder de influencia por parte de la población civil sobre ellos.

Mucho ha cambiado la sociedad en los últimos veinte años. Si antes ‘’podíamos’’ tener cierto miedo y muchas dudas ante aquella dimensión lejana llamada ciberespacio, hoy ‘’podemos’’ tenerlas bajo la incertidumbre de la posible represión en la que nos veríamos envueltos en toda Europa con la aplicación de leyes en la que ya se recogen algunos capítulos dedicados al control de las redes sociales, llegando incluso a la violación de la privacidad de miles de personas. En España, se está abordando la forma de control sobre el ciberespacio, generando dentro del mismo un profundo debate sobre este tipo de leyes que tendrían un gran calado en esta nueva sociedad. Querer controlar tanto puede producir un efecto adverso en la propia red.

Adjunto enlace relacionado: http://www.eldiario.es/turing/vigilancia_y_privacidad/vigilancia-espionaje-mundo-paises_0_144186025.html

Esto era impensable en aquella etapa de cambios que en Europa acontecía, aunque muchos lo vaticinaban y otros lo predecían. Según Lawrence Lessig, el ciberespacio requiere una concepción más amplia de la regulación y, lo que es más importante, el reconocimiento de un regulador de singular relevancia.
La libertad ha encontrado su sitio en la red o más bien, es la red quien le ha concedido el mayor espacio a la libertad. Por ello, la gran revolución tecnológica y comunicativa del siglo XXI, es tal vez, el arma más poderosa contra el Estado opresor, el mayor mecanismo democrático capaz de conectar a todo un pueblo con sus gobernantes. Tengamos en cuenta, que aquellos que pretenden controlar de una u otra forma el ciberespacio en el que nos evadimos,  son los mismos que han perdido el control sobre los temas relevantes de Estado.

¿Quién controla al que controla?

Atte.

Román Serra

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