¿''Podemos'' controlarlo?
Allá por el año 1.989, se produjo la caída del comunismo en
la Europa central y oriental. Tras muchos años bajo el régimen comunista,
Europa optó por un modelo diferente, una sociedad política.
El final de la década de los 80 fue una etapa de sucesivos cambios sociales y
nuevas formas de contemplar una Europa que se presentaba dividida ante el resto
del Mundo. El sentimiento anti-estatal
creciente en aquellos años fue muy similar al que hoy ‘’podemos’’ vivir en España. La
necesidad de un nuevo modelo en el que se reemplazara al Estado por el propio
mercado, organizaciones no gubernamentales y demás corrientes del movimiento
era patente entre la población. Hoy, vivimos en España y en otros países de
Europa algo análogo.
Lo que muchos
consideran un fracaso del actual sistema democrático al servicio de los
mercados ‘’podríamos’’ compararlo con el fracaso del comunismo agonizante de 1.989, pero cabe destacar una
diferencia; el miedo al ciberespacio existente en aquellos tiempos ha logrado
convertirse en la actualidad en la mejor oportunidad para la difusión de nuevas
oleadas y revueltas contra el sistema actual y en la mayor amenaza para quienes
pretenden implantar medidas de control sobre el mismo.
Lo que resultaba ser una amenaza tanto para los poderes del
Estado como para los ciudadanos de la vieja Europa, hoy se ha convertido en la
mejor herramienta democrática de movilización, agitación e información. Tal ha
sido la repercusión social y mediática con la proliferación de las redes
sociales y el gran avance de las nuevas tecnologías, que hasta los principales
gobiernos del mundo han optado al control sobre estos. Cabría reflexionar sobre
la capacidad de control existente a día de hoy
por parte de los poderes públicos y el poder de influencia por parte de la
población civil sobre ellos.
Mucho ha cambiado la sociedad en los últimos veinte años. Si
antes ‘’podíamos’’ tener cierto miedo
y muchas dudas ante aquella dimensión lejana llamada ciberespacio, hoy ‘’podemos’’ tenerlas bajo la
incertidumbre de la posible represión en la que nos veríamos envueltos en toda
Europa con la aplicación de leyes en la que ya se recogen algunos capítulos
dedicados al control de las redes sociales, llegando incluso a la violación de
la privacidad de miles de personas. En España, se está abordando la forma de
control sobre el ciberespacio, generando dentro del mismo un profundo debate
sobre este tipo de leyes que tendrían un gran calado en esta nueva sociedad.
Querer controlar tanto puede producir un efecto adverso en la propia red.
Adjunto enlace relacionado: http://www.eldiario.es/turing/vigilancia_y_privacidad/vigilancia-espionaje-mundo-paises_0_144186025.html
Esto era impensable en aquella etapa de cambios que en Europa
acontecía, aunque muchos lo vaticinaban y otros lo predecían. Según Lawrence
Lessig, el ciberespacio requiere una concepción más amplia de la regulación y,
lo que es más importante, el reconocimiento de un regulador de singular
relevancia.
La libertad ha encontrado su sitio en la red o más bien, es
la red quien le ha concedido el mayor espacio a la libertad. Por ello, la gran
revolución tecnológica y comunicativa del siglo XXI, es tal vez, el arma más
poderosa contra el Estado opresor, el mayor mecanismo democrático capaz de
conectar a todo un pueblo con sus gobernantes. Tengamos en cuenta, que aquellos
que pretenden controlar de una u otra forma el ciberespacio en el que nos evadimos, son los mismos que han perdido el control
sobre los temas relevantes de Estado.
¿Quién controla al
que controla?
Atte.
Román Serra
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